sábado, 28 de febrero de 2009
Comunicación efectiva
En una junta de padres de familia de cierta escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible. Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres y madres de aquella comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños.
Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana. Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.
Dijo también, que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sabana que lo cubría. Eso sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo. Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.
La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre era uno de los mejores alumnos de la escuela.
El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse entre sí. Aquel padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.
Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que nos olvidamos de lo principal, que es la comunicación a través del sentimiento. Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías. Es válido que nos preocupemos por las personas, pero es más importante que ellas lo sepan, y que puedan sentirlo.
Para que exista la comunicación es necesario que las personas "escuchen" el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras. Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla, el miedo a la oscuridad.
Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aunque ese gesto sea solamente un nudo.
jueves, 26 de febrero de 2009
Volviendo al hogar
Volviendo al hogar
Los limpiadores de chimenea son cada vez más escasos en el mundo moderno, ya que la calefacción está siendo reemplazada por otros sistemas más limpios y rápidos. En algunos países, evitar la contaminación es algo crucial y este es otro motivo por el cual se encienden cada vez menos hogares o chimeneas.
¿Te has detenido a pensar que de allí viene la palabra hogar? Hogar es el fuego que se encendía al centro de la habitación principal donde todos se reunían en los fríos días de inviernos. Allí se comía y se compartía. Sí, porque en alguna época no había televisión y entonces la gente se tenía que entretener conversando y comunicándose. Es increíble, pero les gustaba. Tanto que se organizaban tertulias con la única razón de tener horas para disfrutar del placer de conversar con amigos sobre temas comunes. ¡Asombroso!
Literalmente el fuego daba calor de hogar. Hogar deriva del latín focaris, adjetivo de focus, fuego. Hogar es el sitio donde se hacía la lumbre en las cocinas o en los hornos. Esos hornos no estaban aparte como ahora, sino que en la habitación principal. Es ese punto de encuentro lo que transformaba una casa en hogar. En ese lugar se focalizaba la atención, era el foco del hogar (ambas palabras derivadas de focus). Allí se preparaba y se cocía el pan al fuego, la hogaza (de focus, focacia, cocido al fuego).
Me encanta ir a algunos pueblos donde todavía hay fuego en la chimenea o en un brasero al centro de la habitación, donde todavía se comen hogazas con queso y con un buen café u otra bebida. Donde todavía el televisor está apagado para conversar. Me trae recuerdos de las chimeneas de mi infancia. El crepitar de los leños y el ondular fantasmagórico de las llamas es una experiencia hermosa que uno podía hipnotizarse mirándolo.
Hacen falta esas fogatas para encontrarse y simplemente conversar. El ser humano está preparado para el ágape, una comida fraternal cuya principal razón no es alimentarse físicamente, sino que espiritualmente. Ágape (voz griega) era la divinidad del amor fraternal, de la amistad. Hoy a veces se come solamente por comer, sin siquiera hablarse. Nacimos como seres sociales, nos completamos con el otro y con las circunstancias que nos rodean. Conviene salir de sí y encontrarse con los demás. Te sentirás mejor, más feliz y aprenderás más. Verás como la calidad de vida mejora. Además nuestros semejantes nos permiten tener referencias para evaluar nuestro progreso y crecimiento.
Volviendo a los limpiadores de chimenea. Como quedan tan pocos, dicen que en determinado país decidieron vivir todos juntos en una sola villa. Ellos van a trabajar todos los días y obviamente se ensucian mucho. Tienen una regla sagrada: cada día uno de ellos, por turno, no va a trabajar. Así cuando llegan todos los demás después del trabajo, miran una cara limpia y se dan cuanta cuán sucios están para no olvidar asearse.
Necesitamos del otro para tener un punto de referencia sobre nosotros mismos.
miércoles, 25 de febrero de 2009
lunes, 23 de febrero de 2009
Vuelve a volar
Vuelve a Volar
Si sientes que la vida no tiene sentido, que los problemas te están acabando, memoriza esta parábola:
"Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo.
Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y el se dio cuenta de que iba a morir.
En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado cómo volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso, donde el alimento, el cobijo y la belleza lo rodearon para siempre"
Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir.
Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importa los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir BASTA, para oír la llamada interior que todos tenemos, de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar ALTO y muy lejos del pantano.
Abandona la vía segura y cómoda. Lánzate a la ruta incierta, llena de enigmas e inseguridades y hazlo solitariamente.
Dios te acompañará y te dirá que camino tomar.